Mi argumento siempre parece concienzudo pero a la vez
frágil. Es algo desconcertante y es porque no ha dejado de ser el propio rumbo
de mi vida.
No consigo hacer nunca lo que se espera de mi. Y cuando lo
intento es un fraude, un fallo.
Mis mejores obras están realizadas desde ese error, el azar o
la casualidad. La certidumbre de que todo puede valer si se sabe acompañar con
gracia. El impulso de la búsqueda continua.